Maria de Buenos Aires (ópera-tango en dos partes)

Horacio Ferrer/Astor Piazzolla: « Maria de Buenos Aires » (1968)

Horacio Ferrer – Astor Piazzolla:
« Maria de Buenos Aires »
ópera-tango en dos partes

Libreto: Horacio Ferrer
Música: Astor Piazzolla

Astor Piazzolla (bandoneón) – El Bandoneón
Horacio Ferrer (recitado) – El Duende
Amelita Baltar (canto) – Maria, La sombra de Maria
Héctor De Rosas (canto) ; La voz de un payador porteño gorrion con sueno, Ladron antiguo mayor, Analista primero, Una voz de ese domingo
Jaime Gosis (piano)
Antonio Agri y Hugo Baralis (violines)
Néstor Panik (viola)
Víctor Pontino (chelo)
Kicho Díaz (contrabajo)
Cacho Tirao (guitarra)
Arturo Schneider (flauta)
José Corriale (percusión)
Tito Bisio (vibrafón, xilofón, campanelli)
Voces de los hombres que volvieron del misterio
Voces de los ladrones antiguos
Voces de las viejas madamas
Voces dos analistas
Voces de las tres marionetas borrachas de cosas
Voces de las amasadoras de tallarines
Voces de los tres albaniles magos

1° PARTE
1. Alevare Media noche porteña. El duende evoca la imagen y conjura la voz de María de Buenos Aires.
2. Tema de María María acude a esa convocatoria 6:32
3. Balada renga para un organito loco A medias con La Voz de un Payador y con las Voces de los Hombres que Volvieron del Misterio, El Duende pinta el recuerdo de María 10:55
4. Milonga carrieguera Conjurada su imagen y presente su recuerdo, surge el relato de la vida de ella. Un muchacho esquinero llamado Porteño Gorrión con Sueño, describe a María La Niña como magnetizada por fuerzas que la alejan de él. Cuenta luego de cuando ella se marcha y él la predestina a oír, para siempre, su desdeñada voz de varón en la voz de todos los hombres 18:25
5. Fuga y misterio (Instrumental) Silenciosa y alucinada, María abandona su barrio y cruza la ciudad rumbo a la noche 23:48
6. Poema valseado Encanallada por un bandoneón, como en las antiguas leyendas de tango, ella canta su conversión a la vida oscura 27:05
7. Tocata rea Atrapado en la propia historia que viene contando, El Duende busca el bandoneón y se bate a duelo con éste 29:57
8. Miserere canyengue María desciende a las alcantarillas. Allí, el Ladrón Antiguo Mayor condena a la Sombra de ella a regresar al otro infierno -el de la ciudad y de la vida- y a vagar eternamente perseguida por la luz del Sol. Luego, ante el cuerpo de María, los Ladrones y las Madamas enteran al Ladrón Mayor que el corazón de ella ha muerto 34:43

2° PARTE
9. Contramilonga a la funerala El Duende relata el funeral que las criaturas de la noche hacen por la primera muerte de María 40:47
10. Tangata del alba (Instrumental) Ya sepultado su cuerpo, La Sombra de María deambula perdida por Buenos Aires 50:51
11. Carta a los árboles y a las chimeneas Sin saber a quien confiar su desconcierto, La Sombra de María manda una carta a los árboles y a las chimeneas de su barrio 50:52
12. Aria de los analistas Llega, después, al circo de los psicoanalistas donde, estimulada por El Analista Primero, hace la pirueta de arrancarse unos recuerdos que no tiene 53:58
13. Romanza del Duende Perdido el rastro de ella, El Duende comienza a llamarla acodado en el estaño de un bar absurdo. Y le manda, con los parroquianos de ese boliche, un mensaje desesperado incitándola a descubrir, en las cosas más simples, el misterio de la concepción 1:02:38
14. Allegro Tangábile (Instrumental) Los compinches del Duende ganan la calle enloquecidos, a la busca del germen de un hijo para La Sombra de María 1:08:12
15. Milonga de la anunciación Ella es alcanzada por el llamado del Duende y se abraza a la revelación de la fecundidad 1:11:04
16. Tangus Dei Amanece un domingo porteño. El Duende y Una Voz de Ese Domingo notan algo distinto a lo de siempre; y es que en lo alto de un edificio en construcción, La Sombra de María da a luz. Pero las Amasadoras de Tallarines y los tres Albañiles Magos gritan, asombrados, que de esa madre -redimida por el dolor y, por sombra virgen- no ha nacido un Niño Jesús sino otra Niña María. ¿Es la propia María, ya muerta, que ha resucitado de su sombra o es otra? ¿Todo ha concluido o recién comienza? Pero ni El Duende -ni nadie, en la Tierra- puede ya responder a esa pregunta 1:14:11